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Lo que hace más fácil seguir a Jesús

Hace algunos días en un grupo de discipulado les hacía la siguiente pregunta: Para ustedes, ¿qué es lo que hace más fácil seguir a Jesús? Entre muy buenas respuestas, se destacó particularmente una: los hermanos en la fe. Al mismo tiempo, la mayoría coincidió que es la influencia de las personas que no comparten nuestras mismas convicciones lo que puede hacer más complicado nuestro crecimiento espiritual.

Dios es inconmovible, pero nosotros somos seres moldeables e influenciables. Por esta razón, Dios nos ha puesto dentro de una comunidad de creyentes que llamamos la iglesia local. Nos ha hecho dependientes los unos de los otros y nos ha llamado en cuidarnos los unos a los otros mediante la supervisión y el amor fraternal.

Muchos, en su afán de mantener la integridad, han optado por aislarse de las comunidades, buscando a Dios en la soledad. Sin embargo, debemos de reconocer que Dios no nos ha llamado a ser como monjes ermitaños; él llamó a hombres y mujeres que viven en medio de la sociedad pero comparten los mismos intereses y el mismo fin, apoyándose unos a otros a permanecer fieles a Dios en un mundo que trata todos los días de alejarnos de él.

Comparten los mismos intereses

El apóstol Pablo constantemente estuvo animando a sus hermanos en la fe. Él le recordó a los filipenses la gloriosa meta que tenían por delante: «fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús» (Filipenses 3:13-14, NTV). En esta vida no estamos exentos de perder el enfoque, y es bueno cuando nuestros hermanos en la fe nos recuerdan el glorioso destino que Dios ha dispuesto para los que creemos.

Apoyándose unos a otros

El mismo Pablo le dijo a los gálatas: «Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo» (Gálatas 6:2, NTV). Un pueblo que ha sido liberado de la naturaleza egoísta florecerá en solidaridad y amor fraternal. La iglesia del libro de los Hechos ha sentado un precedente para nosotros de cómo debemos cuidar los unos de los otros mediante el servicio, la generosidad y la hospitalidad.

A permanecer fieles

En la vida son muchas las cosas que tratan de desviarnos del «camino angosto». Los afanes, la vanidad de este mundo, las malas influencias, las mentiras sutiles y la lista puede simplemente continuar. En esos momentos es cuando el Espíritu Santo usa a nuestros hermanos en Cristo para apoyarnos a permanecer fieles en un mundo saturado de tentaciones que nos invitan a desistir. «Adviértanse unos a otros todos los días mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios» (Hebreos 3:13, NTV).

Nuestra carrera cristiana estará llena de obstáculos y en muchas ocasiones será una labor difícil, pero recuerda que no estás solo, puedes contar con el cuerpo de Cristo que mediante su amor, ejemplo, cuidado y su exhortación hará más fácil el seguir a Jesús.

Es imposible que alguien separado de Jesús pueda llevar fruto, y de la misma manera, es inasequible que alguien distanciado de su cuerpo pueda florecer en bendición. Invierte en amistades cristianas, se intencionado en la rendición de cuentas y no olvides tu responsabilidad de edificar a los demás creyentes que Dios ha puesto a tu alrededor. La iglesia local no solo es determinante para nuestra permanencia; también es vital para nuestra madurez y crecimiento espiritual.

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