Si te pones a hacer cuentas, notarás que Satanás siempre ha intentado matarte, robarte y destruirte usando las mismas estrategias. No es muy creativo que digamos. Identificar sus típicas artimañas hace más sencillo poder resistirlas. Éstas son algunas de sus fórmulas comunes:
Distracción
1. f. Acción y efecto de distraer.
2. f. Cosa que atrae la atención apartándola de aquello a que está aplicada, y en especial un espectáculo o un juego que sirve para el descanso.
3. f. Desenfado o disipación en la vida y costumbres.
4. f. desus. Distancia, separación.
Satanás sabe que atrayendo tu atención con Internet, la televisión, un trabajo acaparador o lo que sea, te apartará de lo realmente importante: amar a Dios sobre todas las cosas, buscar primero su reino, cumplir su gran comisión. Aunque no necesariamente son cosas «malas», el enemigo buscará sutilmente que les des cada vez más atención hasta que se conviertan en tu prioridad y no tengas tiempo, fuerzas o ánimo para ocuparte de los asuntos del Señor.
Para cumplir su propósito, el diablo es experto en presentarte personas que te propongan mil y un planes, líderes controladores y todo tipo de atracciones. Recuerda, su intención es entretenerte con una tentadora agenda, paralela a la divina.
1 Juan 5:21 (NTV) advierte: «Queridos hijos, aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en el corazón». ¡No te dejes distraer!
Desánimo
1. m. Desaliento, falta de ánimo.
Esos pensamientos que te roban la fuerza y el gozo no vienen de la nada. A Satanás le encanta engañarte con mentiras como que Dios no es tan bueno como crees, que no sirves para nada o te falta mucho para ser usado por él, entre otros millones de dardos.
«…el diablo… ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira», dice Juan 8:44 (NTV).
Él sabe que haciéndote creer que vales menos que una cucaracha no caminarás en la identidad ni autoridad que Dios te ha dado. Por más que ores, lo harás desde una posición de derrota, no desde el lugar de victoria que el Señor ya ganó para ti.
Nuevamente, el enemigo usará gente y circunstancias para aplastarte, pero ya que lo sabes, no te dejes vencer. No permitas que nada ni nadie te robe el gozo y la paz que provienen de tu Papá, el dueño de la verdad.
Tentación
1. f. Instigación o estímulo que induce el deseo de algo.
2. f. Persona, cosa o circunstancia que provoca la tentación.
3. f. Rel. Solicitación al pecado inducida por el demonio.
Si Satanás intentó que Jesús cayera en sus malévolas tentaciones, cuánto más planeará que caigamos tú y yo. Él no es omnisciente ni omnipotente ni omnipresente, pero se basa en tus propias acciones para planear maneras atractivas, seductoras, inofensivas, para hacerte caer en pecado.
Te instigará, te estimulará para inducirte a deseos contrarios a los del Espíritu, pero no te podrá obligar. Tú puedes decidir ser controlado por Satanás o por el Dios que vive dentro de ti. Efesios 6:11 (NTV) dice: «Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo», Santiago 4:7 (NTV): «Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes».
Dile no a la tentación, aferrado a la mano de Aquel que tiene todo dominio, toda autoridad, todo poder sobre las tinieblas: «Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz», Colosenses 2:14-15 (NTV).
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