Siervo fiel
Para alguien como yo, quien normalmente traduce el amor a acciones, a quien querer a alguien generalmente le implica hacer algo por esa persona, concederle un favor o ayudarla en algo, versículos como: «Buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré» (Mateo 25:23), tienen un amplio significado y es algo que es tomado muy en serio. El escuchar acerca de un empleado cuyo trabajo rindió fruto y además al final fue recompensado por su patrón, me enseña mucho acerca de seguir dando todo de mí para servir al Señor. Me recuerdan que la carrera de la fe siempre ha sido —en parte— cuestión de perseverancia, de seguir y permanecer en el camino correcto, de nunca cesar de buscar al Señor.
Los criterios de Dios
Es por eso que, recientemente que me topé con la historia del rey Saúl en el libro 1 Samuel, pensé muchas cosas acerca de este tema de servir al Señor. Siempre hemos sabido que Dios eligió a David por su corazón puro y conforme al de Dios, muchas veces lo hemos escuchado; pero, la Biblia no habla acerca de el porqué el Señor eligió a Saúl. Sin embargo, cuando Samuel lo elige, éste responde diciendo: «¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia, ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín?» (1 Samuel 9:21).
Criterios diferentes
Esto nos habla no solamente de que Dios utiliza criterios muy diferentes a los que nosotros usaríamos para elegir a alguien para realizar cierto trabajo, sino que también nos habla del corazón de Saúl y de la humildad que demostraba al inicio de su reinado. Sin embargo, esta humildad no fue algo que perseveró en su carácter. Más adelante en la historia, vemos a un Saúl preocupado por la apariencia y desobedeciendo a Dios. Samuel, al llamarle la atención, le recuerda de dónde provino. «Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?» (1 Samuel 15:17). Después de decirle esto, Samuel le dice a Saúl que ha sido desechado para reinar sobre Israel por su desobediencia, y puso a alguien más en su lugar.
Siervo fiel, perseverando en lo poco
Esta historia siempre me recuerda lo importante que es perseverar cada que el Señor nos pare en alto y nos discipline, nunca jactándonos de lo que hemos logrado, puesto que es por gracia, no sea que cambie nuestro corazón y perdamos el reino. Más bien quiero seguir perseverando en lo poco y en lo mucho, como un siervo fiel.
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