Blogger invitado: Abraham Díaz. Director General de Grupo CanZion.
«Todo lo que hacemos, planeamos y producimos tiene como objetivo la edificación del reino de nuestro Señor Jesucristo.»
Esta frase representa textualmente la visión que Dios mismo puso en el corazón de Marcos Witt hace más 30 años para impulsar y bendecir a la iglesia de Cristo. Fue el Señor quien desbordó un fuego incontenible y una pasión profunda sobre él para levantarse y fundar un ministerio dedicado a ayudar a ministros de Dios a desarrollar sus dones y talentos para servirlo a él con excelencia en sus iglesias y congregaciones.
Quisiera hablar de tres principios que, a lo largo de nuestro desarrollo como ministerio, el Señor nos ha llamado a atesorar y a comprender sobre nuestra visión y lo que significa cumplirla a través de nuestro Señor Jesucristo.
- Liderar: El concepto de liderazgo está directamente relacionado con bendecir los demás, y no se trata de nuestra posición al frente de otros. Hay un propósito más grande que el trabajo que realizamos, o cómo lo realizamos; nuestra primera posición es la de permanecer sometidos a la autoridad de Cristo. Si seguimos su dirección, entonces podremos trabajar justamente y así ser el ejemplo a aquellas personas por quienes Jesús entregó su vida y derramó su sangre. Brindar instrucción y directriz es un privilegio pero también es una disposición —un llamado— y una determinación de parte del Señor que no podemos negar. Liderar correctamente es liderar como siervos;es entregarnos para agregar valor a los demás, para que logren cumplir con el propósito de Dios en su vida. Edificar a la iglesia es lo más importante en nuestro liderazgo —a ella la vemos como el propósito superior de Dios— y nuestro deseo es poner a su alcance lo que el Señor nos ha facilitado.
«Ustedes deben cuidarse a sí mismos, y cuidar a los miembros de la iglesia de Dios. Recuerden que el Espíritu Santo los puso como líderes de la iglesia, para que cuiden a todos los que Dios salvó por medio de la sangre de su propio Hijo.» (Hechos 20:28 TLA)
- Transformar: Confiamos plenamente en el poder y amor de Cristo para transformar el mundo de las tinieblas a la luz. Es nuestra intención —deliberada— que todos los recursos que ponemos a disposición de la iglesia, se alineen a la verdad absoluta de que Jesucristo venció al pecado, a Satanás y a la muerte. Determinadamente buscamos penetrar lo más profundo del ser humano con el evangelio, con el reino de los cielos, para que sus ojos sean abiertos y la condición de sus corazones sea transformada. Sabemos que cada recurso que ha sido ungido por el Señor produce un impacto en el mundo espiritual. El Señor nos ha establecido en esta tierra para producir armas espirituales que tengan la capacidad de afectar e influenciar la atmósfera que rodea a las personas, a fin de que muchos lleguen a los pies de Jesús y lo adoren.
«Para que les abras los ojos, a fin de que pasen de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios.» (Hechos 26:18 NTV)
- Rebosar en gozo: Por misericordia y gracia hemos sido hechos útiles para las personas, para el pueblo amado del Señor. Su gracia es la raíz y fuente de todo bien en nosotros. Todo lo que logramos planear, hacer y producir para Dios es simplemente devolverle lo que es suyo. Esto produce una alegría espiritual, la cual el Señor da en abundancia, y la que causa que nuestros corazones se agranden. Aun en medio de las pruebas, de la necesidad que llegamos a experimentar en lo natural, el Señor se ha mostrado siempre misericordioso. Por gracia se nos ha permitido animar a las personas, socorrer a los necesitados, sembrar con generosidad, dirigir con esmero y mostrar compasión a un mundo necesitado, ¿cómo no rebozar en gozo? Se nos ha permitido hacer mucho más de lo que merecíamos, o que jamás habríamos imaginado.
«Tú has hecho que la nación crezca; has aumentado su alegría. Y se alegran ellos en tu presencia como cuando recogen la cosecha.» (Isaías 9:3)
CanZion no cumple con una misión autoiniciada, autodiseñada o autosostenida, más bien es la misma obra que ha brotado desde el corazón de Dios —de edificar a su iglesia— pero continuada por un ministerio a quien Él mismo ha usado por gracia. Esta visión ha sido el compás que nos ha guiado a lo largo de estas primeras tres décadas de arduo trabajo. Por el poder de la Palabra de nuestro Salvador y con el aliento de su Espíritu Santo, reconocemos que ha sido Cristo quien nos ha sostenido y dado las fuerzas para continuar con la Comisión que Él mismo nos ha encomendado: Anunciar el mensaje de fe, esperanza y salvación.
Vivimos en tiempos muy determinantes para comprender y testificar que el dominio de nuestro Señor Jesucristo es eterno, que no pasará y que su reino jamás será destruido. Quienes servimos al Dios Todopoderoso en este hermoso ministerio avanzamos confiadamente bajo Su gracia, mientras buscamos que su Espíritu Santo nos guíe. Para CanZion, hoy esto significa que seguimos avanzando —como desde nuestro primer día— en impulsar, bendecir y edificar a su iglesia. Nuestros corazones se conmueven por un deseo profundo:«…para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra.» (Filipenses 2:10).
Comentarios en Facebook