¿Qué has leído últimamente que haya impactado tu vida? Hace algunos días yo tuve la oportunidad de leer un libro titulado «Un amor como ese», del Dr. Les Parrott, en el que muestra cinco secretos relacionales dados por Jesús. Estos son: ser consciente, ser accesible, estar lleno de gracia, ser atrevido y ser generoso. La lectura me desafío fuertemente a reconsiderar la manera en la que amo a la gente. A continuación quiero compartir algunas reflexiones contigo.
«Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto» (1 Juan 4:20, NVI). Hemos escuchado y leído que las personas mostramos amor de diferentes maneras: en actos de servicio, en tiempo de calidad, a través de regalos, entre otros. Pero ciertamente el nivel de amor de Jesús nos lleva mucho más allá de lo que podamos dar externamente. El versículo anterior, es sin lugar a duda uno de los versículos que más incomodan al leer, ya que es totalmente polémico.
Primero está haciendo una afirmación común entre nosotros: «yo amo a Dios». No hay duda de que lo amamos, lo hemos seguido porque él nos amó primero. Estamos agradecidos por ese amor inmerecido que hemos recibido. Con esa frase del versículo no tenemos problema, pero luego viene la siguiente: «pero no ama a su hermano»… Probablemente hemos pensado: «Bueno no aborrezco a nadie, solamente no me caen muy bien algunas personas, pero nada más».
Siendo honestos, algunas veces hemos sentido odio, rencor y amargura contra algún hermano que nos ha lastimado. Y si no es así, al menos no le hemos deseado el bien con todo nuestro corazón o no hemos perdonado completamente. Ahí es cuando viene la tercera frase «difícil» del versículo: «pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto», y Juan llama a este «mentiroso». Podemos escapar de la confrontación y decir cosas como «yo no aborrezco a nadie», pero Juan lo eleva todo al siguiente nivel diciendo: «pues el que no ama a su hermano…» y en ese momento es cuando nos damos cuenta, si lo razonamos, que realmente no amamos. Tal vez no odiamos, pero no amamos.
¿Cuál es la medida del amor?
«Este es mi mandamiento: ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado» (Juan 15:12, NTV). La medida del amor es el amor que Jesús da. Él nos amó tanto que se entregó totalmente y sin reservas en la cruz por nosotros. Y en su caminar y ministerio nos mostró muchas veces el verdadero valor del amor: «No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos» (Juan 15:13, NTV).
Cuatro consejos para poner en práctica el amor.
Primero, prioriza y agenda. Siempre que hagas tu lista de pendientes semanales incluye como uno de ellos el hablar con alguien. Proponte realmente a hacerlo, ya sea por videollamada o en persona, pero preocúpate por esa persona y dedícale tiempo de calidad mientras la puedas escuchar, orar por ella, discipular, o incluso pasar un buen rato divertido.
Segundo, sé accesible. A veces se presentarán casos excepcionales en donde alguien te va a necesitar. No hagas esperar a esa persona si tienes el tiempo para atenderla. Incluso si puedes dejar de hacer lo que estás haciendo, hazlo. Pregúntate: «¿Qué haría Jesús por mí?».
Tercero, ten un ahorro. Cuando hagas tus proyecciones de gastos mensuales, incluye una columna de «generosidad». Tal vez ya tengas destinado ese dinero para alguien en especial o para una comunidad que lo necesita, un ministerio o misionero. Esto es aparte de tu diezmo y ofrenda. Tener ahorrado este dinero te permitirá ser generoso en el momento en que alguien lo necesite sin desestabilizar tus finanzas.
Cuarto y por último, pero creo que el más importante, perdona. No podemos amar como Jesús lo hace si no hemos perdonado. Seremos mentirosos como dice Juan. ¿Cómo podemos perdonar? A través del evangelio. Ora y pídele al Señor que mediante el poder de su Espíritu Santo te haga libre para perdonar y amar como él lo hace.
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