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Consejos prácticos para hacer más efectiva tu vida de oración – Parte 2

En la primera parte de esta enseñanza aprendimos la importancia de la preparación previa para crear el ambiente propicio para tener un tiempo de comunión con el Señor. Estos consejos tienen la intención de hacer más disfrutables y efectivos nuestros tiempos de oración. Somos más constantes en aquellas cosas que disfrutamos.

El 6 de octubre de 1993, Michael Jordan —considerado el mejor basquetbolista de todos los tiempos— anunció que se retiraba del baloncesto profesional, argumentando que ya no disfrutaba jugar como antes. Para beneficio de todos los amantes del deporte, poco tiempo después regresó para seguir marcando la historia. Pero qué asombroso que ser el mejor jugador del planeta no fue suficiente para Jordan. ¡Para él era vital disfrutar el deporte! Ten por seguro que, si disfrutas tus tiempos de oración, serás más constante y efectivo en esta disciplina de gracia que es un verdadero privilegio para nosotros como hijos de Dios.

No olvides siempre llevar tu Biblia y una libreta

Nada más enciende nuestra pasión por los afectos de Dios que su Palabra. La mejor manera de orar es haciéndolo conforme a la Palabra de Dios porque ella nos orienta a pedir de acuerdo a su voluntad. «Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye» (1 Juan 5:14, NVI). Dios nos habla a través de su Palabra, y cuando Dios habla, es muy bueno escribirlo para estar meditando constantemente en lo que nos dijo.

Cuida tu mente de la sobresaturación

Muchas veces tenemos tanta información en nuestra mente, que cuando comenzamos a orar, no podemos evitar pensar en todas esas cosas. Quizás esta es una de las razones por las que recomiendan orar en las mañanas, porque tu mente está más despejada. También tener a la mano la libreta es útil; cuando te distraiga un pensamiento de un quehacer o algo que quedó pendiente, lo puedas anotar y olvidarte de él por ese momento. Pide al Señor la capacidad de ejercer dominio propio sobre tu mente.

Apaga las distracciones

Esto también tiene que ver con la preparación previa del ambiente propicio. Sería muy conveniente poner el celular en modo avión para que los mensajes y notificaciones no te desenfoquen. Encuentra el lugar con menos distracciones posibles, para muchos es su habitación, la sala de estar, la cocina, un parque natural. Cada uno sabe cuál es su lugar favorito para estar con el Señor.

Ten una lista de oración con motivos específicos

Toma tiempo para adorar y agradecer, pero también ayudará tener una lista de oración para mantenerte enfocado. La lista de oración también te ayuda a ver el cumplimiento de las oraciones que hacemos. Al final de cuentas, oramos por necesidades porque creemos que Dios tiene el poder de intervenir, ¿no es así?

Si pones en práctica estos consejos, estarás quitando la maleza de la apatía, la pereza y la distracción que suelen crecer sobre el terreno de la oración y permitirán que crezcan los frutos del entusiasmo, el gozo y la pasión. ¡Que el Señor nos haga crecer en nuestros tiempos de comunión con él! No olvides que la oración no es una carga, es un privilegio.

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