Definitivamente la etapa de la adolescencia no es sencilla. No es ninguna sorpresa escuchar a padres a lo largo de casi todo el mundo coincidir en que ésta es quizás la etapa más temible de la crianza. Muchos todavía no llegan ahí y ya la esperan como si fuera un tren descontrolado que está a punto de estrellarse contra su hogar, dejando como resultado un montón de escombros. El experto en crianza, Paul David Tripp, lo expresa de la siguiente manera: «A menudo nos referimos a nuestros adolescentes como si fueran nada más que una colección de hormonas furiosas y rebeldes encerradas en una piel en desarrollo».1
La pregunta es: ¿Dios los ve de la misma manera? ¿A caso Dios nos ha encomendado una misión destinada al fracaso, en la que solo unos cuantos logran salir adelante? A través de esta reflexión, buscaremos abandonar el cinismo que abunda en torno a la labor de los padres con relación a la adolescencia. Sin lugar a duda es una etapa complicada y no debe ser tratada con ligereza, pero más que hablar de una etapa caótica, estamos frente a una etapa de oportunidad.
La oportunidad de mostrarles el evangelio
Como padre, ten mucho cuidado con el «¡Haz esto!» y «¡No hagas esto!», porqué está bien o porqué está mal. Recuerda que el medio de transformación no es una insistencia legalista sino la exposición del evangelio. Pedirle a un adolescente que cambie hábitos y actitudes apelando a su esfuerzo y capacidad moral, es enfrentarlos a una etapa de frustración y decepción. No digo que no existe espacio para la disciplina y corrección, sin embargo, llévalo de la mano a vencer el pecado mediante el entendimiento del evangelio, la obra redentora de Cristo y la gracia que nos habilita para amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia.
Entiendo que muchos experimentan el nuevo nacimiento desde la niñez, pero también son muchos otros los que, es hasta llegar a la adolescencia que comprenden por fin las verdades espirituales de la Palabra. ¡Qué hermosa oportunidad! La esperanza del adolescente, como de toda la creación corrompida, se encuentra en el evangelio de Cristo Jesús.
La oportunidad de mostrarles amor incondicional
El perdón y el amor incondicional lo hemos procurado desde las etapas más tempranas de nuestros hijos. Sin embargo, es quizás en la adolescencia cuando más difícil será mostrarlo y con mayor insistencia debemos buscarlo. Los hijos nos van a decepcionar. A la luz de la caída, ellos son pecadores. Parte de mostrarles el evangelio es manifestarles que no importa lo que hagan, nuestro amor por ellos jamás cambiará.
Un aspecto fundamental de mostrarles el amor incondicional es hacerles saber que, por amor a ellos, nunca estaremos en alianza con su pecado y nos opondremos enfáticamente a ello. No es por una actitud gravosa, es porque entendemos que no hay mejor manera de amar a los hijos que dirigirlos hacia Dios y formarlos con los principios de su Palabra.
La oportunidad de formar discípulos incondicionales
La adolescencia es una oportunidad maravillosa para servir a Dios. Si bien el adolescente lidia con aspectos complejos de identidad, cuando se enciende en pasión por Jesús, ¡va a servirle con todo su corazón! El joven va acercándose a la etapa afanosa de la adultez, sin embargo, el adolescente tiene mayor libertad de invertir tiempo para el Señor, asistir a reuniones y servir en diversos ministerios de la iglesia. Lamentablemente, en muchos casos, son los mismos padres los que son un estorbo para el desborde de su pasión. Como padre, sé de ejemplo y sé también un facilitador para que el adolescente descubra los dones y talentos que Dios le ha dado para edificar al cuerpo de Cristo.
Líder, ¡no cierres las puertas a los adolescentes! Sin duda habrá mucha inmadurez, pero la respuesta jamás será bloquearles la oportunidad. Con paciencia y humildad, contribuye con el desarrollo de aquellos que el día de mañana serán los próximos líderes, pastores, misioneros, evangelistas y empresarios piadosos que estarán de pie sobre la plataforma de influencia.
Pídele a Dios poder ver como él ve, observa más allá del caos, descubre la valiosa oportunidad en los adolescentes, ámalos y siembra en ellos hasta verlos como discípulos incondicionales de Jesucristo.
1. Tripp, Paul David. Edad de oportunidad. Una guía bíblica para educar a los adolescentes. Faro de Gracia, 2012.
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Muchas gracias. Toda la info en este blog me es de mucha ayuda. Trabajo con adolescentes y jóvenes en la Iglesia y todo es muy cierto. Bendiciones