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Engañoso corazón

Hoy en día, estamos más conectados que nunca y escuchamos a través de las redes sociales y la televisión miles de mensajes. Desafortunadamente, muchas veces esto ha implicado que mensajes del mundo terminen infiltrados en mensajes que escuchamos a través de predicadores, en libros cristianos o en canciones de alabanza. Uno de estos mensajes, el cual ha estado muy presente en ámbitos tanto laicos como cristianos, es el que nos habla acerca de poner nuestros ojos en nosotros mismos, preocuparnos por nuestro bienestar y seguir nuestras propias metas y sueños.

¿Cuántas veces, en películas o canciones, hemos escuchado de diversas maneras voces que nos dictan que sigamos nuestro corazón y nuestros sueños? Sin embargo, la Palabra de Dios dice algo distinto acerca de esto. «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17:9). Dios no nos llama a escuchar nuestros propios corazones; como dice Jeremías, esto es lo más engañoso que hay. Nuestros corazones se ven constantemente expuestos a lo que el enemigo, la carne o el mundo tengan que decir y son susceptibles a escuchar. Más bien, debemos enfocarnos en lo que el Señor tiene que decir acerca de nosotros y de él mismo.

Un padre amoroso

Otra mentira que normalmente escuchamos muy relacionada a esto es la que nos dice que si no nos cuidamos a nosotros mismos, nadie más lo hará por nosotros, y que si no nos preocupamos por nuestra felicidad, nadie más lo hará. Esto es muy peligroso ya que nos lleva a tener como meta buscar nuestra propia felicidad. Yo no quiero eso para mí, porque si busco lo que en ese momento me hace feliz, sé que no siempre será algo que me conviene. Ir de compras puede hacerme feliz, pero luego llegaré a casa con un montón de deudas; cenar helado y pastel todos los días puede hacerme muy feliz, pero terminaré con un grave problema de salud. 

No siempre lo que nos hace felices en el momento es lo que necesitamos o lo que es mejor para nosotros a largo plazo. Dios es un padre amoroso para nosotros que se preocupa por nuestro bien. Así como un papá no dejará a su hijo jugar videojuegos toda la noche porque quiere que le vaya bien en la escuela al día siguiente, así Dios hará por nosotros lo que sea mejor.

¿Qué voz escuchas tú?

Esto no quiere decir que no vamos a cuidar de nosotros mismos o que nunca vamos a ser felices, simplemente quiere decir que debemos escuchar la voz de Dios y saber discernirla de entre todas las otras voces que escuchamos todos los días, porque es la voz de aquel que nos ama y quiere lo mejor para nosotros.

Es cierto que debemos estar bien con nosotros mismos porque de lo contrario será difícil poder ayudar a otros, sin embargo, debemos dejar de escuchar los mensajes que nos dicen cada día que hagamos crecer nuestro yo. En su lugar, escuchemos aquellos que nos llevan a morir a nosotros mismos para parecernos cada día más a Cristo.

Siempre habrá muchas voces a nuestro alrededor, pero es importante que limitemos en nuestra vida aquellas que nublan nuestra visión acerca de lo que es verdaderamente valioso y bueno. Ajustemos cada día nuestra visión de acuerdo a lo que nos dicta la Palabra de Dios, no la televisión, las redes sociales o la música que este mundo ha creado. Así encontraremos la mejor versión de nosotros mismos que pudiéramos imaginar.

Frase para Redes

Hoy estamos más conectados que nunca y escuchamos a través de las redes sociales y la televisión miles de mensajes. Muchas veces esto implica que mensajes del mundo terminen infiltrados en lo que oímos en predicaciones, libros o canciones de alabanza. 

Una gran mentira que escuchamos hoy en día es si no nos cuidamos a nosotros mismos, nadie más lo hará por nosotros, y que si no nos preocupamos por nuestra felicidad, nadie más lo hará. Esto nos lleva a tener como meta buscar nuestra propia felicidad.

No siempre lo que nos hace felices en el momento es lo que necesitamos o lo que es mejor para nosotros a largo plazo.

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