La resurrección es probablemente el suceso más importante de la historia humana. Es el hecho que da la oportunidad al hombre de una vida nueva. Lo inviste del poder de ser hecho hijo de Dios y participar del sacrificio de Cristo, así como de imitarlo.
Recientemente, un amigo me decía que su parte favorita de la historia de la pascua es precisamente esta parte. Sobre todo su evidencia. Esto me llamó la atención y pregunté: «¿Cómo? ¿La evidencia? ¿Puede ser comprobada la resurrección con evidencia histórica?». Él me respondió: «¡Claro! Hay mucho que decir de este tema». A continuación, quisiera exponer algunos de los puntos que surgieron de esa conversación para que todos podamos maravillarnos juntos de la historia de la resurrección.
La tumba vacía
Una de las maneras en que podemos saber que Jesús verdaderamente resucitó es porque una tumba que estaba sellada con una gran piedra y custodiada por soldados romanos de repente se encontró vacía. La piedra removida. Los soldados que asustados huyeron. El sudario doblado con tranquilidad. Todo esto apunta a intervención divina, no humana.
El cuerpo no estaba. Nadie afirmó haberlo robado. Lo buscaron las autoridades judías para poder dar testimonio de la falsedad de esta resurrección, pero no pudieron comprobarlo.
Los testigos
No solamente se encontró la tumba en estas condiciones y el cuerpo permaneció sin ser hallado, sino que Cristo se apareció a más de quinientos testigos. A lo largo de los años, historiadores no cristianos han tratado de buscar explicación a esto. Muchos de ellos han concluido que algo vieron los testigos, porque no es posible que haya habido una alucinación de tanta gente a la vez, ni una histeria masiva que coincidiera tanto en los detalles
Otra cosa que ayuda al testimonio de los testigos es que un enemigo de Dios, en este caso Pablo, haya clamado haber visto a Jesús también. Los historiadores concluyen que si fuera un invento de los creyentes, no hubieran logrado convencer a enemigos a ese grado.
Mira lo que dice Pablo en 1 Corintios 15:3-8: «Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, y, por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí».
Todos los que vieron a Jesús lo habían conocido anteriormente, y pudieron dar testimonio de que era él verdaderamente. El mismo que había muerto en una cruz.
Los mártires
Finalmente, algo que puede decirse sobre los testigos oculares es que creyeron en el mensaje de la cruz y la resurrección a tal grado que dieron sus vidas por ello. Pudieron haberse retractado de su testimonio para salvar su vida, pero no lo hicieron.
La historia afirma que los doce, así como otros discípulos de Cristo, murieron martirizados por su fe, declarando la verdad del Evangelio. Este movimiento trastornó al mundo entero, empezando aquel día en Pentecostés en el que recibieron el don del Espíritu Santo y continuando hasta hoy en día que millones de personas han creído en este mensaje tan poderoso.
Los testigos que afirman haber recibido una vida nueva por Cristo siguen apareciendo en toda lengua y toda nación. Aquellos cuyas vidas siguen siendo cambiadas por el poder de esta palabra siguen apareciendo. Meditemos el día de hoy en este hecho que nos ha cambiado la vida para siempre y nos lleva a la vida eterna.
Fuentes
1https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/10-evidencias-concisas-resurreccion/
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