Así como lo experimentaste hoy, en el día de mañana también habrá muchos afanes esperándote, afanes que atendemos en la búsqueda de impulsarnos hacia nuestros horizontes y oportunidades de crecimiento. ¿Por qué le dedicamos tanto tiempo y esfuerzo a nuestro trabajo? Porque creemos que, tarde o temprano, cada gota de sudor será significativa para llevarnos a un «nuevo nivel».
Admiro muchísimo el trabajo arduo y la dedicación. El problema es que a veces perdemos de vista una comisión muy importante que Dios nos ha dado: impulsar a nuestra pareja. De hecho, al impulsarla, te estás impulsando a ti, porque como dice Efesios 5:31 (NVI): «…dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo» (énfasis mío).
Comunicar es parte de impulsar
Cuando aumentan las responsabilidades, escasean los tiempos de calidad, y cuando tenemos tiempo libre en pareja, estamos tan cansados que ponemos nuestra mente en modo stand by para ver una película o hacer algo que nos evite pensar.
¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste a tu pareja por el estado de su corazón? ¿Cuándo fue la última vez que te interesante en sus sueños y proyectos? Y sobre todo, ¿cuándo fue la última vez que tomaste el tiempo para edificar a tu pareja en su relación con Dios? Hombre: Sé deliberado y planifica momentos para la comunicación, por más cansado que estés, es muy importante para tu esposa ser escuchada. Y mujer: Tu esposo también necesita desahogar sus presiones, dale la confianza y escúchalo.
Así como el hombre ha invertido mucho tiempo en el trabajo, la esposa ha invertido mucho tiempo y sacrificio en la crianza de los hijos y el hogar. Encuentren la manera de emprender algo que los haga sentirse útiles y productivos, algo que inclusive los ayude a crecer más como pareja. No importa el tamaño o la forma de lo que hagan, lo importante es que les ayude a estar al tanto de las necesidades del otro.
No olvides su llamado
Por último, no olvides el llamado de tu pareja. ¿Qué anhela hacer para Dios? Dale palabras de ánimo y afirmación para que pueda retomar áreas de servicio que quizás ha olvidado. Lean la Biblia y oren juntos. Impulsa a tu pareja a crecer conforme al carácter de Cristo. ¡Nuestra familia es nuestro principal ministerio! De hecho, debemos ver nuestro llamado ya no en un plano individual sino familiar. Ya no es «mi llamado independiente», ahora es «nuestro llamado como familia» en Cristo. Ten mucho cuidado de servir a Dios mientras tu familia se encuentra olvidada y está enterrando los dones y talentos que Dios les ha dado para servirle.
Comienza con pequeñas acciones. ¿Por qué no después de leer esta entrada del blog, le llamas y planeas una cena pasar un buen tiempo de calidad? Impulsa a tu pareja, ¡son más fuertes juntos!
Comentarios en Facebook