A Jesús le encantaba enseñar acerca de la oración. Esto nos revela cuán importante es para Dios que su pueblo aprenda a orar correctamente. En Lucas capítulo 18, tenemos, por ejemplo, la parábola de la viuda y el juez injusto, a través de la cual Jesús nos enseña la importancia de la perseverancia en la oración. «Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse» (18:1, NVI).
Quizá una de las principales razones por la cual Dios nos llama a perseverar en la oración sea que a menudo su respuesta no es un «sí» o un «no», sino un «¡espera!». Tal vez te has preguntado porqué un Dios que tiene todo el poder para responder de inmediato nos lleve a sus hijos por un tiempo de esperar en él. El salmista lo expresa de la siguiente manera: «¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío» (Salmos 42:5, RVR1960).
Dios todo lo hace perfecto y siempre toma las mejores decisiones. ¡Grandes cosas suceden cuando esperamos en Dios! ¿Por qué nos diría que esperemos? A continuación, algunas razones:
- Nos lleva a depender totalmente de él
Imagina que lo único que debes hacer es pedir solamente una vez, te cruzas de brazos y listo. ¿A dónde te llevaría tu naturaleza caída? Sí, esa naturaleza propensa al orgullo y a la independencia. ¡Ten por seguro que te llevará a la dirección de la autosuficiencia! En los tiempos de espera, cuando se agotan todas nuestras alternativas, es cuando Dios arranca la raíz de la jactancia y nos hace entender que él es suficiente para nosotros. Como alguien dijo alguna vez: «No es hasta que Jesús es todo lo que tienes que entiendes que él es todo lo que necesitas».
- Nos prepara para recibir
Dios muchas veces nos llama al tiempo de espera para trabajar en nuestro corazón. Él puede estar dispuesto a darnos, pero nosotros podemos no estar listos para recibir. Como bien dijo el Dr. Samuel Storms: «A través de la oración persistente él trabaja en nosotros, trabaja en nuestra actitud, nuestro carácter. Nos lleva al espíritu correcto».
- Filtra nuestras oraciones
La oración persistente también nos da la oportunidad de pensar y repensar nuestras peticiones. Mientras lo hacemos, podremos darnos cuenta de aquellas que son poco edificantes, egoístas o incorrectas y así poder mantener aquellas que provienen de motivos puros y sinceros. ¡El «para qué» es muy importante! Santiago, en su epístola, precisamente nos enseña esto: «cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones» (Santiago 4:3, NVI).
Finalmente, podríamos decir que Dios nos lleva por un tiempo de espera, porque él es completamente sabio y sabe lo que es mejor para nosotros. Si te encuentras en un tiempo de espera, ¡no desmayes! Dios quiere llevarte a depender solamente de él, está trabajando en ti y está alineando tu corazón al suyo.
Comentarios en Facebook