Cómo ver lo que no ves acerca de ti mismo
Ser líder es un desafío, por lo menos ser uno bueno. Sobre todo porque un buen líder aprendió a serlo liderándose a sí mismo.
La posición del líder es fácil de adquirir pero difícil de mantener, sobre todo si se basa en la credibilidad y no solo en la posición.
No obstante, credibilidad y autoridad solo se desarrollan cuando el líder ha aprendido, en secreto, a liderarse a sí mismo, cuando ha luchado, peleado y ganado las batallas contra de las inseguridades, temores y debilidades de su carácter. El mejor ejemplo es el rey David, quien antes de enfrentarse a Goliat ya había luchado cuerpo a cuerpo contra leones y osos, siendo un simple pastor que protegía al rebaño en la soledad del monte, donde solo estaban las ovejas, él y sus miedos.
No obstante muchos líderes caen en el error de ignorar sus puntos ciegos: esa o esas áreas que deben trabajar, en las que no se ven a sí mismos de una manera realista y que son claves para mantener un liderazgo sano. Estos son algunos de sus puntos ciegos más comunes:
Opiniones
Para ciertos líderes sus opiniones son tan fuertes y contundentes que les es difícil, —casi imposible— considerar las situaciones desde el punto de vista de los demás. Esperan que todos acepten sin razonar su forma de pensar.
Este comportamiento tarde o temprano se vuelve en su contra, no es capricho que algunos de los mejores ajedrecistas se ubiquen detrás de su oponente para ver el juego desde su perspectiva y así reconocer los movimientos poco inteligentes que han hecho.
Inseguridades
Honoré de Balzac, novelista francés, es quien mejor explicó este comportamiento cuando dijo: «Nada es mayor impedimento para estar en buenos términos con los demás que no sentirse tranquilo con uno mismo».
El líder inseguro piensa constantemente en sí mismo, siente que es menos que los demás por lo que buscan aprobación constantemente, además vive bajo un sentimiento de amenaza porque piensa que alguien, tarde o temprano, le quitara su gente o que dentro de su gente, alguien le quitará su puesto.
Ego
Un líder egoísta no tiene nada que decir acerca de los demás porque todo el tiempo está pensando en sí mismo. Una de sus características particulares es que cree que lo sabe todo y antes de escucharlas, descarta las ideas de los demás.
Carácter débil
¿Qué es el carácter? La suma de las decisiones que tomamos a diario. La cuestión del carácter es que requiere que los valores, ideales, pensamientos y palabras se junten en acciones repetidas y consistentes.
En el libro American Scandal, Pat Williams cuenta acerca del viaje de Mahatma Gandhi a Inglaterra para hablar en favor de la independencia de India frente al parlamento. Este líder habló casi dos horas de manera apasionada. Su discurso causó tal emoción que el público lo aplaudió de pie.
Un periodista le preguntó al asistente de Gandhi cómo pudo hacerlo sin usar notas, a lo que este respondió: «Lo que él piensa es lo que siente. Lo que siente es lo que dice. Lo que dice es lo que hace. Lo que Gandhi siente, lo que piensa y lo que dice y lo que hace, todo es lo mismo. Él no lee notas».
Entonces, ¿qué hacer?
1. Si crees que no tienes punto ciego, ese es tu punto ciego
El rey David también lo tenía. El momento en que Natán confronta a David por su adulterio con Betsabé y por planear la muerte de su esposo Urías muestra a la perfección la perspectiva del punto ciego: el profeta Natán le cuenta al rey una historia hipotética de un hombre malo que se ha aprovechado de su autoridad para conseguir lo que desea. David ve el hecho como una monstruosidad y pide castigo para ese hombre sin darse cuenta de que se trata de él mismo.
2. Cuenta con alguien que te diga lo que no estás viendo de ti mismo
David tenía algo de lo que ninguno de nosotros debe prescindir: consejeros que le dijeron la verdad sin temor a que sus palabras lo destruyeran o a que él los destruyera a causa de la sinceridad de sus palabras.
Comentarios en Facebook