Es fácil decir «Dios es bueno» cuando todo a nuestro alrededor luce de maravilla. Pero, ¿qué hay de esos momentos cuando simplemente no tenemos explicación ante lo que está sucediendo? En este mundo enfrentamos momentos críticos, como puede ser la pérdida de un ser querido, enfermedad, escasez, entre otras situaciones difíciles. ¿En medio de estas circunstancias podemos decir que Dios sigue siendo bueno?
Cómo me encantaría encontrar respuestas ante el terrible sufrimiento que en ocasiones llegamos a experimentar. La realidad es que no siempre las tendremos. Esto es lo que comenta el pastor Sam Storms, mientras reflexiona en lo que está sucediendo en todo el mundo por causa de la pandemia del COVID-19: «Tengo que confesar que hay momentos, como ahora, cuando en mi arrogancia, me gustaría darle a Dios algún consejo. Me gustaría darle consejos sobre cómo manejar el mundo. Pero luego me llevo la mano a la boca y confieso que él es Dios y yo no. Él es infinitamente sabio y yo no». Lo que sí podemos saber es que aun en estos momentos, Dios no está ajeno a nuestro sufrimiento y su sabiduría es perfecta. Cuando nos aferramos a esto, nace la esperanza de saber que el amor de Dios por nosotros se mantiene firme. Su amor está por encima de cualquier circunstancia.
¡El está en los cielos y lo sabe todo! Nosotros no. Llegará el día en el que podremos ver con claridad. Mientras tanto, debemos de aferrarnos a la revelación de su Palabra, que nos recuerda que nada ni nadie nos puede separar de su amor. «Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre» (Salmos 100:5, NVI).
Si pasas por momentos de sufrimiento, no te frustres si no tienes todas las respuestas. Es válido decir: «Dios, no entiendo nada, me duele, pero confío en ti». Todo lo que realmente necesitamos está a nuestro alcance y disponible para siempre. Jesús satisface nuestra alma al punto que todo lo demás pasa a segundo término. Incluso así, seguimos siendo vulnerables y habrá momentos en los cuales nuestro corazón será tentado a desfallecer. En estos momentos, recuerda que hay una cruz que habla del gran amor de Dios por ti. Corre al trono de gracia, encuentra el oportuno socorro y recuerda que Dios es bueno… en todo tiempo.
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