Si hoy te sientes muy desesperado o confundido, o si la incertidumbre inunda tu alma, más que nunca necesitas saber que hay un trono al cual tienes acceso para buscar la ayuda oportuna en el tiempo de la angustia.
He estado escuchando la canción «Más que nunca» de Un Corazón con Danilo Montero, y cada línea ha sido un refrigerio para mi corazón. Me ha impulsado a recordar que el momento que vivo no tiene que ser definitivo, y que Dios es especialista en transformar un entorno de oscuridad para destilar luces resplandecientes. Como dice el primer verso: «A lo que ya no respira, soplas nueva melodía». ¡Este es nuestro Dios! En él está el poder de la resurrección.
Más que nunca reconoce su gracia
Hoy más que nunca debes recordar, una vez más, la gracia de Cristo, que te salvó. Cuando el corazón está desenfocado y la mente nublada, una de las primeras cosas que comienzan a brotar es la condenación, pero como dice la canción previamente mencionada, «Como agua purificas, como olas en la arena desvaneces mi condena». Romanos 8:1 dice que sí tu estás en Cristo, ya no hay condenación. Reconocer su gracia es el primer paso para salir del bache espiritual. Todos los héroes de la fe pasaron por momentos de crisis y fue la amorosa gracia de Dios la que los libró en cada una de sus batallas. No intentes obtener por obras aquello que Dios destinó para ti por gracia.
Más que nunca busca su rostro
Tenemos en él una promesa, solo hay que apropiarnos de ella. Jeremías 29:12-13 dice: «En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme» (NTV). Tal vez te sientes seco espiritualmente por que, más que nunca, has permitido que la distracción invada tu mente; hoy como nunca antes debemos buscar la presencia de Dios y pedirle al Espíritu Santo que derrame de su frescura a nuestro corazón. No hay mejor antídoto para el corazón estancado y aburrido que la fresca brisa que proviene de los afectos del Padre.
Más que nunca aférrate a su Palabra
Por último, hoy más que nunca debes aferrarte a la Palabra de Dios. Si el camino parece incierto, debemos de acudir a las Escrituras y confesar junto con el salmista: «Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino» (Salmos 119:105, NTV). No hay mayor entorno de confusión que estar apartados de su Palabra. Él nos conduce por la senda de la verdad y la justicia cuando caminamos aferrados a su Palabra. Desarrollar una mente bíblica será crucial para avanzar en los propósitos que Dios tiene para tu vida, por que esta te mantendrá firme ante los engaños del siglo presente.
¡Hoy más que nunca busca a Jesús con todo tu corazón, y como nunca antes encontrarás la plenitud de tu alma!
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